La cuántica entra en la agenda de ejecución

España empieza a tratar la cuántica como una política industrial y no solo como una promesa científica. La prueba más reciente es el paso de Red.es, que ha firmado dos convenios por 10 millones de euros para activar casos de uso y llevar la tecnología a escenarios reales, con horizonte 2027 y una lista de sectores donde el impacto puede ser inmediato.

 

La nota de prensa del Ministerio sitúa la operación en un punto claro del calendario: 4 de diciembre de 2025, firma de los acuerdos y arranque de una hoja de ruta que prevé 42 pilotos industriales cuánticos. El objetivo declarado combina tres planos: resolver necesidades en sectores estratégicos, consolidar el ecosistema cuántico y reforzar el tejido TIC ligado a esta ola tecnológica.

La arquitectura del programa apunta a madurez, no a exhibición. El documento fija cuatro líneas de actuación: Desarrollo e implementación de casos, estudio de impacto, formación/capacitación y acciones de difusión y seguimiento, y remarca que la iniciativa se impulsa con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con vigencia hasta el 31 de marzo de 2027.

Las dos vías de ejecución

En el reparto, la pieza mayor recae en DigitalES: un presupuesto total de 7,5 millones, con aportación del 20% por parte de la asociación (1,5 millones) y un 80% desde Red.es (6 millones) con fondos Next Generation EU. En paralelo, el convenio con la alianza representada por GAIA suma 4,655 millones, con una cofinanciación del 20% (931.000 euros) y un 80% desde Red.es (3,724 millones).

La segunda pata es, sobre todo, una decisión de capilaridad: la alianza que representa GAIA integra clústeres y asociaciones de distintos territorios y especialidades (de industria tecnológica a ciberseguridad), un esquema pensado para repartir capacidades y acelerar cadenas de valor. La lógica es sencilla: si la cuántica quiere ser industria, necesita menos islas y más red.

¿Qué muestran los datos de contratación?

Más allá del anuncio, hay una pregunta que suele decidir el destino de estas políticas: ¿se está contratando ya, y en qué se concreta? Según TendersTool (Adjudicaciones TIC), la cuántica no está apareciendo en 2025 únicamente a través de planes y convocatorias etiquetadas como cuántica. También entra de forma indirecta, integrada en iniciativas más amplias (por ejemplo, de IA, industria o digitalización), donde la tecnología cuántica es parte del enfoque o del tejido empresarial implicado.

En julio, Vigo se situó en el foco de una apuesta por semiconductores fotónicos: el proyecto de Sparc, con capital público a través de la SETT, y una mención explícita a suministros para ámbitos como automoción, comunicaciones y computación cuántica.

Esta estrategia está muy conectada con TyC (telecomunicaciones y ciberseguridad). En septiembre, el plan tecnológico en defensa destina un 31% a tecnologías de telecomunicación y ciberseguridad e incluye, junto a IA, la computación cuántica como componente de modernización. Es el recordatorio de que la cuántica entra por la puerta de la seguridad tanto como por la de la productividad.

Lo que cambia (y lo que queda por demostrar)

Con ese telón de fondo, los 42 pilotos de Red.es pretenden traducir una estrategia en demostraciones medibles, formación y transferencia, con una fecha de caducidad administrativa (marzo de 2027). Si la promesa era del laboratorio a la industria, el programa intenta fijar el puente: casos de uso, socios ejecutores y evaluación.

La prueba definitiva llegará después: si los pilotos derivan en contratación recurrente, estándares, proveedores consolidables y proyectos replicables entre administraciones. En otras palabras, 2025 no queda como el año del anuncio, sino como el punto de partida de una cuántica comprable, desplegable y útil.