El mapa del gasto TIC en 2025 por áreas tecnológicas
En 2025, la inversión TIC no se ha repartido al azar: los contratos muestran una apuesta clara por evitar caídas, ganar capacidad y blindar la conectividad. Outsourcing, mantenimiento y telecomunicaciones se llevan la mayor parte del presupuesto
La inversión adjudicada en tecnología durante 2025 (enero–noviembre, sin adjudicaciones centralizadas) dibuja una prioridad clara: sostener el servicio. Según datos de TendersTool (Adjudicaciones TIC) el importe total ronda los 4 mil millones de euros, con el grueso del presupuesto canalizado hacia operación, soporte y conectividad.
La primera lectura es estratégica: cuando la presión está en la continuidad (más usuarios, más trámites digitales, más dependencia de proveedores y redes), el dinero tiende a ir a aquello que evita caídas y cuellos de botella, incluso antes que a grandes estrenos de equipamiento.
El top 3: externalización, mantenimiento y servicios de telecomunicaciones
La mayor partida corresponde a Outsourcing IT (841 millones), seguida de Mantenimiento (626 millones) y Servicios de Telecomunicaciones (466 millones). Es un podio que, más que un reparto coyuntural, refleja una manera de comprar tecnología: capacidad (equipos externos), estabilidad (soporte y operación) y conectividad (servicio continuo de red).
En paralelo, el entorno institucional empuja en la misma dirección. El Plan de Digitalización de las Administraciones Públicas, aprobado en 2021, se diseñó con un volumen de inversión de 3.165 millones de euros, y su despliegue ha elevado la exigencia sobre prestaciones y disponibilidad de servicios digitales.
Nube y software: el cambio de modelo se consolida
El siguiente bloque de inversión apunta al “cómo” se presta el servicio. Servicios Cloud suma 254 millones, mientras que en hardware destaca Telecomunicaciones (261 millones) y, en software, Software Específico (211 millones) y Software de Gestión (195 millones), señales de que la modernización pasa por combinar infraestructura (red) con herramientas orientadas a procesos y necesidades sectoriales.
Ese giro encaja con la política pública: la Estrategia Nacional de Servicios en la Nube de las Administraciones Públicas prioriza el aprovisionamiento cloud y busca infraestructuras más seguras y eficientes. Y también con el mercado: Gartner proyectó que el gasto mundial en nube pública alcanzaría 723.400 millones de dólares en 2025, un termómetro del ritmo de adopción.
La regulación y el riesgo, además, empiezan a pesar más. Aunque en el desglose aparecen partidas específicas de seguridad (por ejemplo, Hardware Ciberseguridad y Software de Seguridad), el contexto es de mayor presión normativa: España ha trabajado en la transposición de NIS2 mediante un anteproyecto de ley orientado a reforzar gobernanza y obligaciones en ciberseguridad.
El cierre del año deja, por tanto, una pista para lo que viene: si 2025 ha sido el año de asegurar el funcionamiento, 2026 debería intensificar esa lógica en ámbitos críticos como la resiliencia de redes. De hecho, el Gobierno ha planteado nuevas exigencias para garantizar servicio móvil durante apagones (mínimos de horas y cobertura), un marco que previsiblemente seguirá empujando contratos ligados a operación, refuerzo y continuidad.










